domingo, 12 de octubre de 2014

quizá congeniamos tan bien porque somos como un saco de basura
nos metimos en el mismo contenedor
allí se estaba bien, la luz no nos podía cegar
vivir en la oscuridad era tranquilo, pero a veces daba temor
nada olía mal porque estábamos acostumbrados a ese hedor
era nuestra casa, era nuestro hogar
pero un día decidiste que te habías cansado
que querías cambiar, así que te fuiste a otro saco de basura, a otro contenedor
pero dejaste la puerta abierta y el sol me cegó
me hizo daño, heridas irreparables
y de pronto me di cuenta de toda la gente que había ahí fuera mirándome
me di cuenta de que olía a mierda
de que estaba llena de mierda, hasta los párpados
salí de allí como un niño castigado sin jugar, cabizbaja
avergonzada, todos me señalaban
y no encontré tu nuevo hogar
me dediqué a pasear por las calles en busca de un nuevo contenedor
fui a unos cuantos pero en ninguno se estaba tan a gusto como el nuestro, te lo juro
ahora no sé a dónde pertenezco
quizá mi hogar sea este, este mero estar, este frío nocturno que me abraza por las noches
quizá no pertenezco a ningún lugar
así que me quedaré sola, esperando que todo se acabe